Este tema junta finanzas personales (nada de sorpesas ahí) con un área del conocimiento que me fascina desde que tenía 20 años. Sí, eso ya fue hace rato, pero mi pasión por descrifrar cómo un cambio aparentemente pequeñito puede tener un impacto muy grande sólo ha empeorado con los años. Ya es básicamente una obsesión.
Hoy vamos a hablar de “nudges” y de economía conductual. Y antes de que decidas cambiar de blog, porque “ya se complicó la cosa”, te invito a seguir leyendo. Prometo que va a valer la pena.
Empecemos con la pregunta más obvia.
¿Qué rayos es un “nudge“?
La palabra nudge significa literalmente “empujoncito” en inglés. Pero en el mundo de la economía del comportamiento (que vendría siendo como juntar “economía” con “psicología”), un nudge es una forma sutil de influir en el comportamiento de las personas sin prohibiciones ni castigos.
O sea, es como rediseñar el entorno o la forma en que se presentan las opciones para que, sin darte cuenta, tomes decisiones que te beneficien.
Piensa en cómo una canción puede hacer que cambies de humor. Es algo parecido.
El término fue popularizado por Richard Thaler (Premio Nobel de Economía 2017) y Cass Sunstein, en su libro “Nudge: Improving Decisions About Health, Wealth, and Happiness” (2008). Como buena ñoña que soy, lo leí, lo amé y por eso les vengo a contar sobre este concepto (fresca, no tienes que ir a leerlo entero tú).
Ellos argumentan que muchas veces no actuamos de forma racional, sino que nuestras decisiones están influenciadas por cómo se presentan las opciones. Así que, si diseñamos bien esos entornos, podemos ayudar a que las personas tomen mejores decisiones por sí mismas. Para los demás ñoños como yo, les cuento que este enfoque se llama “paternalismo libertario”: no se quita la libertad de elegir, pero se guía sutilmente hacia lo mejor (por si lo quieren investigar por su cuenta).
Como siempre, traigo ejemplos facilitos de entender, y para que veas que es algo que ya está a nuestro alrededor.
Ejemplos de nudges cotidianos
🍎 1. Fruta a la vista en vez de dulces: En una cafetería, poner la fruta al nivel de los ojos y los pasteles abajo. Resultado: las personas eligen más fruta sin que nadie se los diga.
🚾 2. La mosca en el urinario: En baños públicos de hombres, poner la imagen de una mosca en el centro del urinario. Resultado: mejora la puntería y se reduce el desorden. Un clásico nudge de diseño.
📋 3. Opción predeterminada (default): En un formulario de donación de órganos, dejar marcada la opción “sí quiero donar”. Resultado: aumentan las tasas de donación significativamente, porque mucha gente deja la opción como está, en vez de cambiarla.
🧴 4. Etiqueta con comparaciones: En hoteles, un cartel en el baño dice “La mayoría de nuestros huéspedes reutilizan sus toallas.” Resultado: la gente se siente motivada a imitar el comportamiento “bueno” de los demás.
🧠 5. Contadores visuales: Un cepillo de dientes para niños que cambia de color después de 2 minutos. Resultado: el niño sabe cuándo terminó de cepillarse sin reloj, lo que mejora el hábito.
Ojo. Un nudge no obliga, pero invita. No castiga, pero persuade. No manda, pero facilita.
Lo máximo, ¿no? Apuesto a que vas a empezar a ver nudges por todas partes de ahora en adelante. Y eso que no te he contado lo mejor: cómo cambian tus hábitos financieros.
¿Qué son los nugdes financieros?
Ya te habías demorado en preguntar, francamente.
El término se podría traducir como “empujoncitos financieros” y se refiere a pequeñas intervenciones o recordatorios que te ayudan a tomar mejores decisiones con tu dinero sin imponer reglas estrictas ni obligarte a nada.
Recuerda que funcionan porque las personas no siempre toman decisiones racionales. Nos gana la emoción, la flojera o el olvido. Un nudge hace que la buena decisión sea la más fácil, rápida o automática.
Ejemplos de nudges financieros
✅ “Redondear al ahorrar”: Cada vez que pagas algo con tu tarjeta, se redondea al número entero más alto y lo extra se va a una cuenta de ahorros automáticamente. Es como ahorrar sin darte cuenta.
💬 Notificaciones de gasto: Tu app bancaria te avisa cada vez que superas cierto monto o categoría de gasto. Te hace pensar dos veces antes de seguir gastando.
📈 Recordatorios de metas financieras: Una app te muestra tus metas cada vez que la abres (“Te faltan $200 para llegar a tu fondo de viaje 🎒”). Visualizas el objetivo y sientes motivación.
🕐 Default settings: Como que tu cuenta de nómina automáticamente envíe el 10% a otra cuenta de ahorro, a menos que tú decidas lo contrario. Reduce la fricción de tomar la decisión cada mes.
¿Ves qué “fácil” es cambiar un par de cosas y ya tienes mejores probabilidades de seguir hábitos financieros más sanos? Es que parece magia. Por eso me encanta este tema.
Digamos que te convencí. ¿Ahora qué? Pues ahora, creas tus propios nudges financieros. Obvio yo te digo cómo, pa’ que no te hagas un ocho.
¿Cómo crear tu propio nudge financiero?
Acá te dejo el paso a paso, aunque aclaro que cada quien es diferente y por eso, no todos funcionan igual para todos. Mi consejo principal es que empieces con algo pequeño y vayas mirando qué te hace clic. Si lo intentaste y como que no cuadró, no pasa nada. Intenta otra estrategia. Con el tiempo le “encuentras la comba al palo” (vas descubriendo cómo funciona mejor), como dicen en mi país.
1. 🎯 Elige un comportamiento que quieres mejorar
Piensa en algo concreto, pequeño y alcanzable. Por ejemplo:
- Ahorrar $50 cada semana
- No comprar por impulso online
- No pasar de $2,000 en salidas al mes
- Revisar tus gastos una vez por semana
2. 🧠 Identifica qué te lo impide ahora
Para un momento y sé super-mega-honesta, aunque sea incómodo. Reflexiona:
- ¿Lo olvidas?
- ¿Te gana la flojera?
- ¿No te das cuenta cuando lo haces?
- ¿Es demasiado tentador el entorno?
Esto te ayudará a diseñar el tipo de empujoncito que necesitas. Entre más sincera, mejor.
3. 🧲 Crea el nudge
Diseña una ayuda visual, ambiental o de sistema que facilite el buen comportamiento y dificulte el otro, el que no quieres. Ejemplos por tipo:
Visual
- Un post-it en la tarjeta de crédito: “¿Lo necesitas?”
- Un fondo de pantalla con tu meta de ahorro
- Una gráfica de progreso en la puerta del refri
Digital
- Activar alertas en la app del banco cuando superes cierto gasto
- Automatizar transferencias de ahorro el mismo día que cobras
- Desactivar notificaciones de tiendas o apps de compras
Ambiental
- Guardar tu tarjeta de crédito en un cajón distinto al de la billetera
- Tener una cuenta separada para gastos impulsivos con límite bajo
- Poner el dinero del viaje o ahorro en una cuenta sin acceso desde el celular
Los nudges más efectivos se basan en que no dependas de tu fuerza de voluntad. Si puedes automatizarlo o ponerlo a la vista, ¡mucho mejor!
4. 📅 Evalúa cómo te está funcionando
Después de una o dos semanas, pregúntate:
- ¿Me ayudó?
- ¿Qué tan fácil fue seguirlo?
- ¿Lo puedo ajustar para que sea más efectivo?
No es rígido: los nudges se ajustan con el tiempo según cómo reacciones.
5. 🎉 Celebra o refuerza con algo placentero
Los nudges funcionan mucho mejor si van acompañados de una pequeña recompensa emocional. Ejemplo: si ahorraste lo que querías esta semana, permítete un gusto consciente o registra tu progreso en una app que te motive visualmente. Pero cuidado con que tus premios no vayan en contra de tus propias metas (¡si tu objetivo de ir al gym es bajar de peso, no celebres con pastel!).
Por último, amaría si me cuentas cómo te va, aquí en los comentarios. Pero obvio es voluntario. Como los nudges 😉
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