Continuando con la inspiración de los nudges financieros del blog anterior, hoy traigo tres tips psicológicos muy prácticos, que van de la mano con lo que Liliana Olivares y Jimena Gómez cuentan en el episodio “Gaslightéate a Ti Mismx: Tips Para Engañar a Tu Cerebro a Ahorrar” del podcast Maldita Pobreza (1.abril.2025)
Tip #1: Nada de ahorros abstractos
En lugar de tener un item en el presupuesto llamado “Ahorro”, así genérico, ponle un nombre concreto a cada cosa por la cual estás ahorrando.
Por ejemplo:
- Viaje a Aruba con mi mejor amiga
- Celebración fantástica de mi cumpleaños
- El mini-cooper de mis sueños
¿Por qué funciona?
Lo concreto conecta con tus emociones y motiva más. Ahorrar para “algo real” se siente más valioso que para una idea abstracta. Y porque al momento de elegir en qué gastar tu dinero, es mucho más fácil seleccionar la opción que ves más próxima y real.
Mira este caso: si un día te antojaste de ese postrecito que estás viendo en la vitrina del café, es mucho más difícil para tu cerebro decidir “espera, mejor lo ahorro”, porque ahí ese “ahorro” es más un “me voy a quedar con las ganas de este postrecito que estoy viendo”. Pero, si en lugar de eso las dos opciones que tienes son el postre y el viaje que llevas planeando por meses con tu mejor amiga, ya el postre no necesariamente gana la batalla. Incluso, hasta te puedes imaginar que ese mismo dinero te sirve para un postre, en el viaje, con tu amiga. Entonces tu cerebro dice “mejor lo guardo y así lo disfruto más tarde, pero también lo disfruto mucho más.”
Ese es el poder de los nombres concretos y también por qué a algunas personas les funcionan los tableros de inspiración (o Pinterest Board, o cualquiera de sus versiones): si lo puedes ver y nombrar, se siente más real y te importa más.
Tip #2: En grupo llegamos más lejos
Una rutina de ahorro en comunidad es más poderosa que una rutina individual. Entonces, únete a otros, busca tu tribu. Se valen tus amigos, un familiar, hasta un compañero de trabajo. Lo importante es que tengas a alguien más y que se compromentan juntos a cumplir una meta.
Por ejemplo:
- Cada mes, vamos a ahorrar 500 pesos
- Al final del año, nos los gastamos en un día de spa y compras
¿Por qué funciona?
Es el mismo principio de tener un compañero con quien vas al gym o ser parte de un club de lectura. Porque quieres pertenecer a esa comunidad, porque no quieres decepcionar a los demás, porque te da pena ser el que no cumple, porque no te sientes sola/o, o incluso por un sentido sano de competencia.
También está comprobado que celebrar con alguien más hace que disfrutes la misma actividad mucho más. Entonces, literalmente, todos ganan más si van juntos.
Tip #3: Que las consecuencias sean claras
Cada vez que gastes dinero que no estaba en el presupuesto, debe haber una consecuencia negativa, como un pequeño castigo que te desanime a seguirlo haciendo en el futuro. Mi recomendación es que lo anotes en el presupuesto del siguiente mes.
Por ejemplo:
Si hoy me ganó el postre, en el presupuesto del mes que sigue, lo anoto y queda como un gasto (es decir, va restando) y por lo tanto, tendrá que venir de algún monto que estaba destinado para otra cosa. O tendré que ver cómo lo compenso con un ingreso adicional.
Básicamente lo que estás haciendo aquí es hacer más obvio el costo de oportunidad.
Espera, el ¡¿güat!?
Perdóname, a veces se me sale lo economista y se me olvida que no todos estudiamos eso. Ya te explico.
El costo de oportunidad es lo que dejas de ganar o disfrutar por elegir una cosa en lugar de otra.
O, sea cada vez que eliges algo, también estás renunciando a otra opción. Ese “algo a lo que renuncias” es el costo de oportunidad. En el ejemplo del postre que mencioné al inicio, el costo de oportunidad era renunciar a ahorrar ese monto para el viaje.
Entonces, este tip consiste en convertir esos costos de oportunidad en algo transparente y evidente, en vez de que se queden ocultos.
¿Por qué funciona?
Porque te ayuda a tomar decisiones más conscientes, considerando no solo lo que ganas, sino también lo que estás dejando pasar. A ver, el punto no es tratarse mal, ni sentir culpa. Pero si olvidamos las consecuencias de las decisiones que estamos tomando, no estamos viendo el panorama completo y terminamos prioirzando el corto plazo.
Ñapas (que es como en Colombia le decimos a ese “extra”):
Aquí van dos ideas más, que son fáciles de aplicar y que te pueden ayudar a ahorrar más. Y fresca, son gratis 😉
- Dibújalo, amiga: Lleva una gráfica, frasco transparente con billetes, o una app con barras de progreso. Lo que sea, pero que sea VISIBLE. Por qué funciona: Ver cómo crece tu ahorro te da una recompensa emocional inmediata, que refuerza el hábito.
- Una pausa salvadora: Cuando sientas el impulso de comprar (que todas hemos sentido), pregúntate si es urgente. En caso de que no lo sea, ponlo en una lista y simplemente espera antes de comprarlo. Yo recomiendo al menos 24h. Por qué funciona: Le das tiempo al cerebro racional para opinar. Los impulsos son de corto plazo, pero tus metas no.
¿Se te ocurren más tips? Compártelos en los comentarios, así todos aprendemos.
Comments (0)