Te confieso algo: yo también le tuve miedo a la palabra “inversión”. Me sonaba a algo de gente rica, complicada, llena de números y pantallas con gráficos que suben y bajan. Sentía que si invertía mal, adiós a mis ahorros. Así que lo evitaba.

Pero un día entendí algo que me cambió el chip (fue una de las lecciones del libro “El hombre más rico de Babilonia”):

Si dejo mi plata quieta, se va achicando sola (gracias a la inflación); pero si la invierto con cabeza, empieza a trabajar por mí.

Y ahí empecé a aprender. No soy experta ni millonaria, pero hoy puedo decirte con confianza: invertir no es solo para genios de las finanzas. Es para ti también.

¿Por qué no invertimos?

Antes de contarte el cómo, hablemos del por qué no. Muchas personas no invierten por estas razones (quizás te suenan familiares):

  • “No entiendo nada.” La jerga financiera espanta. Sí, pero eso tiene solución.
  • “Y si pierdo mi plata…” El miedo a equivocarse es real.
  • “Necesito tener mucha plata para eso, ¿no?” Falso.
  • “No tengo tiempo.” Creemos que hay que estar mirando la bolsa todos los días. Spoiler: no.

Ahora que ya sabemos qué nos frena, vamos al paso a paso para empezar sin miedo y con sentido.

Tu primer paso como inversionista

No, no tienes que tener un MBA ni saber cómo está la bolsa de Nueva York para empezar. Puedes comenzar sin traje, sin corbata, y sin drama, con los siguientes pasos.

1. Revisa tu base:
Antes de invertir, asegúrate de tener:

  • Un fondo de emergencia (ideal: de 3 a 6 meses de tus gastos básicos).
  • Tus deudas bajo control, sobre todo las que tienen intereses altos (revisa tu presupuesto).

2. Define para qué quieres invertir:
No es lo mismo invertir para un viaje en un año que para tu retiro en 20. Pregúntate:

  • ¿Cuánto tiempo puedo dejar este dinero sin tocar?
  • ¿Qué tanto me asusta el riesgo? ¿Prefiero ir despacio pero segura?
  • ¿Al final en qué quiero usar eso que gane? Así cuando no estés muy motivada, puedes recordar eso por lo que empezaste.

3. Conoce tus opciones básicas (y amigables):

Aquí te dejo algunas que funcionan bien en México, Colombia y en general en Latinoamérica:

  • 🟢 Cuentas de ahorro que dan rendimiento
    Son cuentas que te pagan intereses por tener tu dinero ahí, quieto. Ejemplos:
    • México: Nu, Hey Banco, Finsus.
    • Colombia: Lulo Bank, Nequi (con bolsillos de ahorro), Daviplata (algunas opciones).
      Son buenas para empezar a ver tu dinero crecer sin riesgo.
  • 🟠 Fondos de inversión o fondos colectivos
    Tú aportas dinero, y un grupo de expertos lo invierte por ti. Puedes elegir si quieres algo conservador o más arriesgado.
    • En ambos países, casas de bolsa, bancos y plataformas como GBM+ (México) o Trii (Colombia) los ofrecen.
  • 🟡 Depósitos a plazo (también llamados CDT o pagarés)
    Tú acuerdas dejar tu dinero “guardado” por un tiempo (ej. 6 meses), y te devuelven tu dinero más intereses. Sirve si no necesitas esa plata de inmediato.
  • 🔵 Apps de inversión desde montos pequeños
    Algunas te permiten empezar desde $100 o $10.000 (pesos locales), explican todo en fácil, y puedes invertir en acciones o ETFs.
    • México: GBM+, Finhabits, Kuspit.
    • Colombia: Trii, Ualet, Tyba.

4. Empieza chiquito, pero empieza:
No necesitas millones. Puedes arrancar con lo que gastas en cafés en una semana. Se trata de ir probando, entendiendo y perdiéndole el miedo.

5. Aprende en el camino:
Escucha podcasts, sigue cuentas que expliquen en fácil, pregúntale a personas que ya empezaron. Lo importante es avanzar, no saberlo todo de una.

Un último consejo de amiga

Invertir no es hacerte rica de la noche a la mañana. Es plantar una semilla y dejar que crezca. Si lo haces con calma y constancia, tu versión futura te lo va a agradecer muchísimo.

Así que si estabas esperando una señal para empezar… esta es, querida. 💚

Y si ya invertiste por primera vez, ¡cuéntame cómo te fue!